lunes, 7 de junio de 2010

Para la silla:

(El,) quien sobre ella se sienta

sabe tan poco de ella

como ella de quien se sienta sobre él:

Otra ella

de piernas convexas.

2 comentarios:

  1. La lluvia era la expectativa, mientras el recinto cargaba sobre sí, el peso suficiente para doblegar sus bastones y asumir el silencio como la ausencia de vitoreo. Entre los labios de los presentes se filtraban gotas de sonrisas y posturas erguidas, el interés se sacudió por la luz amarilla y el aroma a muerte de anacoreta. Él, quien se viste de diana para el deleite de sus caprichos -solamente impulsados por el masoquismo que se reivindica frente al espejo- declama en voz trémula, la corea literaria victimaria de su inocencia. Al final la sonrisa profunda se conjugaba con su cerebro desparramado por todo el recinto... la ceremonia había culminado y ella había besado su cordura en algún mundo accesible únicamente desde su mente.

    2 canciones:
    http://www.youtube.com/watch?v=D0esLYT1PXI
    http://www.youtube.com/watch?v=b49YfsjXw5E&a=jhe1VCENXpE&playnext_from=ML

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